lunes, octubre 17, 2005

La risita de Laurita


Las aceras se cubren del color que clama el viento. Los anhelantes vagabundos soñando auroras en los “recibidores” de los bancos. Algunos trabajadores nocturnos manteniendo Madrid limpio a golpe de manguerazo de agua. Nuestros resentidos ojos, vulnerables tras la inesperada acometida de nuestras palabras más allá de la distancia, ambos fijos, uno frente al otro. Sollozan las nubes. El frío nos entrelaza. Empezamos a correr bajo la lluvia perpetua. Nos encubrimos bajo el toldo de una tienda de ropa. Acariciar tu pelo húmedo. Especular que juntos seremos los soñadores más grandes que jamás el universo ha conocido.
Mi particular rapsoda formando parte de tu vida. Tu mirada de utopía y ensueño completando los huecos de mi existencia.
Crujiendo las fronteras de mi ser, me elevas sobre la desidia, estremeciéndome bajo tu voz prendida entre los arrebatos de la melancolía. Nuevas sensaciones se precipitan evocadas en musicales aguas que proponen brisa, vida y una nueva huella con mucho futuro dentro. ¿Qué hacer cuando aparece un nuevo rastro en la arena?
Seguirlo. Así lo haré.

Me complace saber que el hecho de quererte ha valido la pena.


- ¡Laurita! ¡Laurita! ¡Laurita!
- ¿Qué?
- Nada.

16 Comments:

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