martes, julio 26, 2005

La chica que nunca dice adiós

La vida es un despótico desbarajuste. Tan solo llamarte origina sentimientos de calma y pequeñas treguas de espera a una nueva batalla.

Más de mil noches con tu apacible voz como único amparo, como único resguardo, como única luz a la que poder seguir; jamás serás consciente de lo que tus palabras pueden hacer por alguien como yo.

Despedidas con sabor a fresa. A pesar de los nonainos.

miércoles, julio 06, 2005

El fin del sueño olímpico

Cayó Madrid. Esta vez no ocurrió en cuartos, sino en semifinales, a un paso de la lucha cara a cara con una de las ciudades, y justamente después de haber sido la ciudad más votada en la anterior ronda de elección por parte de aquellos que componen el COI.

¿Se esperaba?
No, claro que no se esperaba, por eso la decepción ha sido mayor. Se sabía de la competitividad existente y se sabía también que tanto París como Londres estaban fuertes, muy fuertes; pero queríamos creer que era posible hacer realidad la ilusión de ser sede olímpica.
... y muy cerca que estuvimos.

De la ronda en la que Madrid cayó eliminada se deduce que muy probablemente ni uno solo de los miembros del COI que votaron a Nueva York, seleccionaron en esa ronda a Madrid, que todos esos votos fueron a parar a París y sobretodo a Londres. De hecho, en esa ronda, la capital española perdió un voto con respecto a la anterior, y se vio superada por París por tan solo dos papeletas.

Al final ganó Londres, pero queda la esperanza de que Madrid ya ha iniciado su camino para ser ciudad olímpica, y tarde o temprano, llegará al fin de ese camino y verá cumplido este sueño.

Por cierto, mal el principito este de Mónaco, muy mal.

martes, julio 05, 2005

Kim Ki-Duk: violencia, talento y poesía.

publicado anteriormente en preestreno.com


Kim Ki-duk nació en 1961 en Bonghwa, al norte de la provincia de Kyungsang. Con 17 años empezó a trabajar en fábricas. Durante 5 años, desde los 20 hasta los 25, cumplió el servicio militar en la marina. Con 29 años se trasladó a Francia, donde estudió Bellas Artes. El surcoreano, que en la marina tuvo como afición la pintura, siguió pintando durante su estancia en París; sobrevivió con lo que ganaba vendiendo sus pinturas en la calle.Por aquella época Kim Ki-duk empezó a experimentar con el mundo del cine por su propia cuenta. En 1993 escribió el guión de A Painter and A Criminal Condemned to Death, el Instituto de Guionistas le concedió el premio al Mejor Guión. En 1995 recibió otro premio, el Gran Premio al mejor guión, de la Korean Film Comisión por la película Jaywalking. En 1996 debutó en la dirección con el largometraje Crocodrile. En 1997 realiza su segunda película, Wild Animals, donde muestra la relación entre dos coreanos exiliados del país. En 1998 dirige Birdcage Inn, la historia de una marginada prostituta.En el 2000 realiza la que es su película más conocida, La isla, con la que consigue críticas excelentes y numerosos premios en diversos festivales: el Golden Raven en el Festival Internacional de Cine Fantástico de Bruselas, el premio a la mejor actriz para Jung Suh en el Internacional Fantasy Film Award, el premio especial del jurado en el Festival de Fantasporto o el Netpac Award Special Mention de la mostra de Venecia. Ese mismo año dirige también Real Fiction, rodándola en apenas 200 minutos. En el 2001 realiza Domicilio desconocido, donde el director analiza la presencia militar norteamericana en su país. En el 2002, con Bad Guy obtiene un importante éxito de taquilla en su país. Ese mismo año dirige Coast Guard, y un año después realiza una bellísima película con imágenes que destilan lírica a raudales, Primavera, verano, otoño, invierno… y primavera. Recientemente estrenada en España, es la segunda película de este director, después de La isla, que llega a los cines de nuestro país. Ya en el 2004 dirigirá dos películas más, Samaria y Binjip.El cine de Ki-Duk a veces nos muestra escenas demasiado crueles, ¿violencia gratuita? Tal vez, aunque es incuestionable la calidad de su cine oscuro, sórdido e inhumano. Es el director coreano que más entusiasmo provoca en Occidente. La mayoría de sus películas se podrían resumir de la siguiente forma: una joven prostituta que vive una tormentosa relación con algún hombre con numerosos problemas familiares, sociales o de cualquier otra índole. Sin embargo Kim Ki-duk va mucho más allá de un simple argumento. Los personajes nos los plantea como seres al límite, socialmente degradados y que buscan casi a cualquier precio la felicidad en sus vidas; las imágenes de sus films tienen una poderosa fuerza visual y poética. Sin lugar a dudas Kim es uno de los directores con mayor talento del panorama cinematográfico actual.


COCODRILE (AG-O) – 1996

Cocodrile es un hombre que subsiste gracias a los suicidas que se lanzan al río Han. Él recoge sus cuerpos y los vende para obtener dinero. Un día salva a una joven que desconsolada porque su novio le acaba de dejar, decide quitarse la vida lanzándose al río. Cocodrile la fuerza para que continúe a su lado, mientras él le viola y abusa de ella continuamente. Con el tiempo Cocodrile comenzará a ayudar a la joven con la obsesión que mantiene por su novio. Finalmente la chica se tirará al río y Cocodrile decide suicidarse con ella en una habitación que previamente había construido bajo el agua. La película está realizada con maestría, pero pecando de falta de ritmo, algo fácilmente comprensible dado que es su ópera prima en la dirección. Aún así es indudable que puede ser considerada una obra de culto al ser plasmada en imágenes un film de una brillante sencillez narrativa realizada con un bajísimo presupuesto.


WILD ANIMALS (YASAENG DONGMUL BOHOGUYEOG) – 1997

Chung-Hae, surcoreano que viaja a París para estudiar arte. Allí empieza a sobrevivir actuando como estafador. Entonces conoce a Hong-San, un hombre que intenta escapar de la armada de Corea del Norte. En un principio Chung-Hae se aprovecha de Hong-San para conseguir dinero aprovechando la habilidad de éste en las artes marciales. Sin embargo, con el tiempo, la amistad entre ambos va creciendo. Hong-San se enamora de una joven húngara, que morirá por culpa de los líos de Chung-Hae con la mafia.


BIRDCAGE INN (PARAN DAEMUN) – 1998

Kim retrata en esta película los pasos de una joven mujer prostituta. Ella se marcha de Seúl a un pueblo marítimo en busca de una nueva vida y de nuevos horizontes laborales. Se hospedará en un burdel con una familia cuya hija rechaza a la joven. El hijo la desea y se ve asediada violentamente por un gigoló mientras cautiva a un marinero. La película se caracteriza por su impacto visual y por la continua actividad sexual de la protagonista.


LA ISLA (SEOM) – 1999

Hee-Jing trabaja como encargada del mantenimiento en un motel para pescadores. También da de comer a los huéspedes y durante la noche vende su cuerpo prostituyéndose. Es una mujer solitaria y sin amigos. Un día, Hyun-Shik, un ex policía que ha matado a su amante por haberse enamorado de otro hombre, planea suicidarse pegándose un tiro en la cabeza. Ella se lo impedirá clavándole un anzuelo en el brazo y se establecerá entre ambos una extraña y peculiar relación. Cuando la policía se interponga entre ellos, las reacciones violentas y el instinto asesino se desencadenarán con insospechadas consecuencias. Un factor importante de esta película es la fotografía, representando magníficamente la soledad y ansiedad de los personajes. Las imágenes resultan muy impactantes y condensan belleza y emoción en cada fotograma. Una película arriesgada, muy arriesgada, y que hasta la fecha es la más conocida de este director. El film contiene mucha violencia, demasiada, con escenas donde se ven anzuelos clavados en la garganta del protagonista mientras la joven tira de él como si de un pez se tratara o incluso una escena en la que es ella misma la que se introduce un anzuelo por la vagina. Escenas que provocan un impacto importante en el espectador, y que a más de uno se le pueden atragantar; de hecho, cuando se estrenó en los cines, fueron sonados y no pocos los casos de desmayos producidos durante su proyección.


REAL FICTION (SHILJE SANGWANG) – 2000

I es un pintor sin nombre. Él pinta retratos en un parque. Los clientes le suelen tratar con hostilidad, y los miembros de una banda le exigen continuamente dinero. Un día, una chica le lleva al teatro, y allí, un incidente le convertirá en un agresivo delincuente. I entonces llevará a cabo una brutal venganza contra todos aquellos que le han hecho sufrir.


DOMICILIO DESCONOCIDO (SUCHWIIN BULMYEONG) – 2001

La acción transcurre en los años 70. Chang-guk vive una violenta relación con su madre y con el novio de ésta, el cual lo maltrata constantemente. Su madre tuvo otra relación con un soldado norteamericano, al que le envía cartas que siempre son devueltas con la misma indicación: “domicilio desconocido”. Chang-guk es hijo de esa relación. La única amistad de Chang-guk es Eun-ok, que a su vez también mantiene relaciones con un soldado estadounidense, que acaba convirtiendo dicha relación en un infierno, golpeándola y maltratándola. La ausencia de la figura paterna es la base y el punto de encuentro de todo lo que sucede en la película, con un argumento lleno de problemas familiares, marcas del pasado y ausencia de cariño. Todo esto adornado con las continuas luchas de los habitantes del pueblo en el que viven los personajes contra la fuerza militar norteamericana que sigue ocupando el país años después de la guerra. Kim Ki-duk recrea con su particular dosis de violencia las situaciones de desesperación de los personajes, las frágiles relaciones entre ellos y la imposibilidad de adaptarse a un mundo que les es hostil.


BAD GUY (NABBEUN NAMJA) – 2002

Un chico de humilde economía y pobre clase social se obsesiona por el amor de una joven de clase media. Él le tiende una trampa y la introduce en el mundo de la prostitución para cubrir sus numerosas deudas. Sin embargo, ante el traumático infierno que vive la chica dado su nuevo trabajo, él se acercará poco a poco a ella y ambos se enamorarán.
Una historia que roza el surrealismo, un argumento sin sentido ninguno, incomprensible y casi absurdo. Pese a ello, Ki-Duk consigue presentarnos a unos sórdidos personajes con una belleza interior que sólo lo muestran a través de la violencia y la humillación.


COAST GUARD (HAE ANSEON) – 2002

El director asiático, en esta ocasión, nos narra en la historia de un soldado surcoreano que se encarga de vigilar la costa para evitar que entren espías procedentes de Corea del Norte. Una noche dispara y acaba con la vida de un supuesto espía, que resulta ser un civil. Su muerte marcará la vida del soldado y la de la novia del civil, que estaba a su lado cuando murió.
Una película que una vez más lleva el estilo violento del director, el cual nos muestra las consecuencias del sinsentido de la guerra.


PRIMAVERA, VERANO, OTOÑO, INVIERNO… Y PRIMAVERA (BON YEOREUM GAEUL GYEOUL GEURIGO BOM) – 2003

Dos monjes viven en un templo que flota sobre un lago rodeado de montañas. Su existencia está marcada por los inalterables cambios de estaciones. A la vez que cada estación sucede, viven intensamente cada cambio que se produce en sus vidas.
Pero una mujer llega a la vida del monje más joven, alterando el monótono ritmo de tranquilidad que hasta entonces mantenía. La mujer despertará en el joven sentimientos tales como el amor y la obsesión.
Cuidando visualmente cada detalle y representando con un ritmo muy pausado emociones y sentimientos intensos, Kim Ki-duk relaciona cada cambio producido en los protagonistas con las estaciones, de tal forma que en la primavera, el mundo de los monjes es idílico y todo está en calma y tranquilidad en aquel templo rodeado de árboles. Durante el verano, el joven, ya con 17 años, se encuentra con la mujer antes citada, y ésta provoca en él el inevitable sentimiento del deseo. La muchacha, que había sido llevada al templo con la intención de sanar, ya que, misterios de la vida y el karma, se encontraba espiritualmente enferma; una vez completamente curada y sanada, llega su madre al templo y se la lleva de allí. El joven monje, locamente enamorado, decide seguirla. Ya en otoño empiezan a pasar factura los errores cometidos en la vida; tras ausenciarse el joven del monasterio, regresa convertido en un fugitivo después de cometer un crimen. Tiene ya 30 años. Poco después al templo llegan unos policías llevándose detenido al prófugo monje, mientras el viejo se prepara para su propia muerte.
En invierno regresa el joven, ya convertido en viejo, al templo. Entonces otra mujer llega al lugar y deja al cuidado del monje a un niño pequeño. Y de nuevo regresará la primavera, donde el ciclo volverá a comenzar de nuevo...
La película fue vendida desde su estreno como una obra hermosa y muy bella, y en cierto modo lo es, aunque su ritmo excesivamente pausado puede llegar a aburrir inmensamente al más inquieto, de hecho los últimos 25 minutos de película transcurren sin que se diga una sola palabra.



SAMARITAN GIRL – 2004

Yeo-jin es una chica que vive con su padre, su mejor amiga es prostituta, ella es una especie de proxeneta o de manager suyo; ambas quieren realizar un viaje a Europa con las ganancias que obtengan. Un día su amiga muere intentando escapar de las autoridades. Yeo-jin cae en la depresión y la desesperación y termina por dedicarse también a la prostitución teniendo relaciones sexuales con todos los clientes que aparecen en la agenda de su amiga. Cuando su padre lo descubre, buscará ajustar cuentas.
Kim Ki-duk ganó el oso de plata al mejor director con esta magnífica película, que a finales del pasado año, o principios del actual (no recuerdo muy bien y mi concordada mente no da para más), se convirtió en la tercera película del director surcoreano que se estrena en nuestro país.
De nuevo, predominancia excesiva por una violencia que llegado a un punto de la película, puede llegar a convertirse en monótona. Pese a ello, se nota el correcto domino de la narrativa por parte de Ki-Duk.



HIERRO 3 (BINJIP) – 2004

La última película de este director se titula Binjip (Empty House / Hierro 3), fue presentada por sorpresa en el último festival de cine de Venecia, en la que se llevó largos aplausos y ovaciones, y finalmente Kim Ki-duk se hizo con el premio al mejor director.
Cuenta la historia de amor entre Tae-Suk, un joven que se instala en casas deshabitadas mientras sus dueños no están, y Sun-Hwa, una mujer insatisfecha en la relación que tiene con su violento y celoso marido, que la maltrata frecuentemente.
Sun-Hwa decide seguir a Tae-Suk en su nómada camino de casa en casa, compartiendo su execrable soledad, hasta que un día entran en una casa en la que había un hombre muerto, y días después, son descubiertos por un familiar de éste. El joven es encarcelado y la chica se ve obligada a volver con su marido.
Tae-Suk, mientras está en la cárcel, aprende a ser un fantasma, al darse cuenta de que solamente siendo un fantasma puede estar con esa persona a la que ama sin alterar vidas ajenas. A su vez, Sun-Hwa le espera con impaciencia y nostalgia en su casa llenando de hipocresía su vida al lado de su marido.
Destacar el que apenas haya diálogos en la película, algo que, a priori, podría suponer un problema a la hora de subyugar el ritmo del film, pero que Ki-Duk solventa con una maestría desconocida hasta entonces, a pesar de que ya se atisbaba algún pequeño matiz de esa maestría en sus anteriores películas.
En apenas 3 meses Kim escribió y rodó esta historia poética y bella donde se retrata con sorprendente destreza la soledad y los sentimientos más profundos de los personajes

Esta película, junto con Olvídate de mí, Collateral, Million Dollar Baby y La mejor juventud, comprenderían mi quinteto favorito de películas del último año.

Carta a un Imbécil

ARTURO PÉREZ-REVERTE.


Querido imbécil:

No llegarás a comerte las próximas uvas, porque de aquí a un año estarás muerto. Y cuando digo muerto quiero decir muerto de verdad, criando malvas para los restos. No palmarás, te lo comunico, de forma heroica, ni útil, ni siquiera natural. Habrás fallecido estúpidamente, a ciento ochenta y en un cambio de rasante, o una curva, justo cuando pongas para ti mismo cara de duro de película y metas gas, intrépido, jaleado por música imaginaria o real, creyéndote el rey del mambo. Lo peor del asunto, discúlpame, no será tu pellejo; que al fin y al cabo -salvo para ti mismo y algún familiar- no valdrá gran cosa al precio al que lo vas a vender. Lo malo es que te llevarás por delante, quizás, a gente que ningún interés tiene en acompañarte en el viaje: amigos incautos, la familia que vaya de vacaciones en el coche opuesto, el peatón, el camionero que trabaja para ganarse la vida. Sería más práctico y más limpio, ya puestos a eso, que acelerases hasta doscientos y te estamparas en bajorrelieve contra una pared, que es un gesto más íntimo y considerado. Pero sé que no lo harás así, porque en lo tuyo no hay voluntad de hacerte pupita. Cuando llegue será de forma imprevista, y aún tendrás tiempo de poner ojos de esto no me puede ocurrir a mí antes de romperte los cuernos y quedarte, como dicen los clásicos, mirando a Triana para los restos. Llevo varios años viéndote pasar a mi lado por carreteras y autovías, abonado al carril izquierdo, dándome las luces para que te deje, en el acto, franco el paso. A veces te pegas a un palmo del parachoques trasero, confiando siempre, ante mi posible frenada, en la sólida mecánica de tu coche y en tus proverbiales reflejos y sangre fría. En la intrepidez de tu golpe de vista y en el valor helado, sereno, que tanta admiración despierta a tu alrededor y, en especial, en ti mismo. Guapo. Machote. Que eres un virtuoso. Mira, voy a confiarte un secreto. Somos tan frágiles que te temblarían las manos si lo supieras. Todo cuanto tenemos, que parece tan sólido y tan valioso y tan definitivo, se va al carajo en un soplo, en un segundo, al menor descuido nuestro y al menor guiño del azar, la vida, la condición humana. Basta un insecto, un virus, un trocito de metal en forma de metralla o bala, una gota de agua o aceite sobre el asfalto, un estornudo, una cualquiera de esas bromas pesadas con las que el Universo se complace en pasar el rato, y tú y todo lo que tienes, y todo lo que representas, y todo lo que amas, y todo lo que fuiste, lo que eres y lo que podrías haber sido, se va al diablo y desaparece para siempre sin que vuelva nunca jamás. Así nos iremos todos, claro. Pero unos se irán antes que otros. Y a tí, querido, te toca en 1994 la papeleta. Claro que a lo mejor me mato yo antes. O a lo mejor me matas tú. Pero yo sé que eso puede ocurrirme cualquier día en cualquier sitio, porque mi condición es mortal. Mientras que a ti ni siquiera se te ha pasado por la cabeza. Lamento no poder comunicarte las circunstancias exactas en que efectuarás -afortunadamente- tu último adelantamiento. Ignoro si tu nombre quedará sepultado en las estadísticas de operaciones retorno, puentes o fines de semana, o si merecerás tratamiento individual, tal vez con foto de hierros retorcidos y pies asomando bajo una manta -siempre se pierde un zapato, recuerda, no uses calcetines blancos- en las páginas de un diario o, incluso, con suerte, en un informativo de la tele. Pero las circunstancias de tu óbito me traen al fresco. Como ya sabes que no suelo cortarme en esta página, diré que ni siquiera me importas tú.Hay quien afirma que toda vida humana es sagrada, y puede que sea cierto. Pero no resulta menos cierto que ya he visto desaparecer unas cuantas vidas, y que algunas me parecen menos sagradas que otras. En cuanto a la tuya, y me refiero a tu vida personal e intransferible -salvo que creas en la reencarnación- , allá cada cual si quiere pagar tan caro el dudoso placer de cabalgar caballos de hojalata que devoran a su jinete. Y no vengas con eso del amor al riesgo y el vivir peligrosamente. Conozco a mucha gente que sabe perfectamente, de grado o por fuerza, lo que es riesgo y vida peligrosa. Gente que sí merece que derramen lágrimas por ella cuando le pican el billete, en lugar de lamentar la desaparición de fulanos como tú; de tipos incapaces de valorar la vida que poseen y que por eso la malgastan. Qué sabrás tú del riesgo, capullo. Y de la muerte. Y de la vida. Que tengas buen viaje.

viernes, julio 01, 2005

La inexplicable mente de Jean Paul de la Fontaine

Episodio I

¿Creéis que los perros saben que son perros?